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 “En los primeros años se ponen los cimientos de todo lo que se va a construir, hacer y aprender a lo largo de la vida"

Francesco Tonucci

Las/los niñas/os no saben, inicialmente, denominar ni gestionar las emociones; es la persona adulta la que debe acompañarlas/os para poder, así, ir aprendiendo y adquiriendo herramientas y recursos personales que les permitan manejarse de forma autónoma en la vida.

Por esta razón, desde SEF basamos el trabajo de aula en la educación emocional, a través de la cual buscamos el desarrollo en el alumnado de las competencias inter e instrapersonales. “Las competencias son un aspecto importante de la ciudadanía efectiva y responsable; su dominio … potencia una mejor adaptación al contexto; y favorece un afrontamiento de las circunstacias de la vida con mayores probabilidades de éxito” (Bisquerra y Pérez, 2007). Estos procesos están ampliamente desarrollados por el Grupo de Investigación en Orientación Psicopedagógica (GROP).

Así mismo, non podemos mantenernos ajenas a la importante carga de estereotipos y roles hegemónicos con los que el alumnado, incluso el de educación infantil, llega a la escuela. En palabras de Permuy y Mendez Lois (2016) “las emociones afectan a hombres y mujeres de formas muy distintas, especialmente por las diferentes posibilidades de gestión que podemos permitirnos, tomando muy en consideración los roles de género socialmente aceptados”. En este sentido, atravesamos la educación emocional con la perspectiva de género a partir de las aportaciones hechas por Ferreiro (2008), García Marín (2019), Pena Presas (2018) y conociendo las reflexiones del Seminario Permanente de Emocionalidade, Xéneros e Desenvolvemento Humano (EXDEHU) del Instituto de Ciencias de la Educación de la Universidad de Santiago de Compostela; Berasategui y Permuy (2017) y Permuy y Cortés (2017).

 

​Por esto, consideramos necesario incorporar la educación emocional como uno de los pilares fundamentales en la vida del aula. Al respecto, la etapa de educación infantil se configura como la idónea para comenzar a guiar al alumnado en este proceso de autoconocimiento y de adquisición de recursos y habilidades de gestión emocional que nos llevarán a aprender a vivir juntas/os.

Somos conscientes de que la convivencia es un ejercicio de resolución de conflictos y en nuestras aulas trabajamos sobre una técnica alternativa de resolución de los mismos, la mediación.

Dende SEF no pretendemos inventar nada. Nos servimos de experiencias desarrolladas por compañeras/os, organismos, instituciones... Partiendo de estos trabajos, elaboramos una propuesta basada en la forma que temos de ver el mundo e inspirada en las peculiaridades de nuestro alumnado. Esta propuesta se centra en la legitimación de las emociones, en el respeto a las mismas y en la facilitación del linguaje emocional. Tenemos en cuenta que, como maestras, somos modelo e intentamos en todo momento ser coherentes y hacer un uso exquisito del linguaje.

Bibliografía

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